El Instituto Politécnico Nacional (IPN) cuenta con seis burros como parte de su patrimonio.
Se tratan de tres hembras y tres machos, los cuales se encuentra en la Unidad Profesional Adolfo López Mateos, en Zacatenco.
Los burros del Poli están bajo vigilancia veterinaria, para evitar que tengan cualquier problema de salud.
El presupuesto para la manutención de estas mascotas del Politécnico ascendió a 93 mil 752 pesos en 2016.
Los burritos propiedad del Poli suelen ser presentados en distintos eventos institucionales, como pueden ser los deportivos; aunque pueden participar en los actos de distintas áreas del IPN, solo se requiere que los interesados dirijan una solicitud a la Dirección de Desarrollo y Fomento Deportivo.
Los burros son trasladados en remolques especiales a cada uno de los eventos.
¿Por qué un burro es la mascota del Poli?
La mascota del Politécnico es un burro blanco. Aunque esto a veces puede despertar comentarios irónicos, en realidad es una mascota muy ad hoc a la institución si consideramos los valores que la caracterizan.
Ma. de los Ángeles Delgadillo González reseña en el documento “Los símbolos del Politécnico”, las razones por las que un burro fue adoptado como mascota del IPN.
Algunas cualidades de este animal son su gran capacidad de trabajo, la nobleza, la fortaleza, el ingenio, un gran sentido de responsabilidad y perseverancia para conseguir los objetivos.
“Cuando se quisieron abrir los caminos en la hoy ciudad de Taxco para construir hoteles y casas en lo alto de la montaña, se usaron burros para encontrar el camino correcto, pues ellos, con su instinto natural, buscaban los lugares más accesibles”
narra la autora.
Y añade: “Para el trabajo de carga pesada, nada mejor que este noble animal, ya que es útil, sabio, leal y dócil”.
Aunque tradicionalmente el burro ha sido estigmatizado y se ha usado como ejemplo para señalar a alumno con pobre desempeño, en realidad este animal ha sido de gran ayuda y ha participado en procesos del desarrollo de la civilización.
“Tal vez por razones como éstas, es que el Instituto rescata su nobleza con cualidades dignas de emular y lo toma como mascota de su equipo de fútbol americano primero y después de la institución”, señala Delgadillo González.
El nombre de Burros Blancos le fue dado al equipo de americano del IPN en 1936. Aunque no hay una versión oficial de la adopción del burro blanco como mascota, hay varias anécdotas al respecto.
Una anécdota cuenta que después de una gira del equipo del IPN, en Casco de Santo Tomás apareció una burrita; los jugadores y estudiantes se encariñaron con ella y la propusieron como mascota.
La propuesta fue aceptada pero la burrita murió víctima de una indigestión. Uno de los jugadores consiguió que le vendieran un burro pero el director del ITI, Wilfrido Massieu, lo vendió porque le molestó que arrancara el pasto de los campos.
Ante la molestia del equipo, Massieu se disculpó y compró dos borregos; sin embargo, los animales terminaron hechos barbacoa.
Fue entonces que se comisionó a un compañero para que fuera a Michoacán a buscar un burro blanco. Su pesquisa tuvo éxito y en 1937, en el juego contra la John Reagan High School, fue presentado el primer burro blanco como mascota del Politécnico.
Otras anécdotas cuentan que la burrita blanca se encontraba en los terrenos del Politécnico y eso entusiasmó tanto a estudiantes y directivos que decidieron comprarla a su dueño original y la adoptaron.